
En el dormitorio tampoco debemos colocar espejos a la vista. En primer lugar, los espejos activan nuestros sentidos y, por tanto, dificultan el sueño y favorecen el insomnio.
Además, en el Feng Shui se considera que el espejo puede llegar a representar la intromisión de una tercera persona que ejerce de voyeur impertinente en la vida de la pareja.
En cuanto a la televisión, disponer de uno de estos aparatos frente a la cama es, sin duda, uno de los elementos que más perjudican el Feng Shui de nuestro dormitorio.

La velocidad de sus imágenes altera el descanso y constituye, además, un sustituto peligroso de la reflexión íntima o en pareja a la que deben invitar los instantes anteriores al sueño.
Respecto a las plantas, imprescindibles según el Feng Shui en otros lugares de nuestra casa, son un elemento que introduce la discordia y cierto exceso de energía a nuestro dormitorio.
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