
La sensación de desorden resulta muy desestabilizadora, especialmente si tenemos en cuenta que hemos de abrir el armario cada mañana antes de salir a la calle.
La imagen que esos cajones proyectan sobre nuestra personalidad resulta hostil y acabará afectando a nuestra autoestima.
No sólo hemos de ordenar los armarios tanto como sea posible sino que es aconsejable prescindir de aquello que no vayamos a usar.
El Feng Shui cree en el equilibrio, de modo que eliminar lo que no nos interesa permitirá generar espacio para que llegue a nuestra vida algo que sí nos sea de utilidad.
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